El mismo idioma, el amor

Publicado en por Misioneras Oblatas de Maria Inmaculada

Resumir lo que ha sido la experiencia de Marruecos es algo muy complicado. Ya anteriormente intente explicar algo de lo vivido, aunque fue muy breve, ahora intento explicar algo más de lo que dije.  Lo importante era o es que TODOS hablábamos el mismo idioma, el amor.

En esos días se vive grandes cosas. Se comparten muchas experiencias, se va a trabajar y ayudar en los diferentes talleres que se proponen y se planean anteriormente. Se recibe mucho tanto de las personas de allí, como el grupo que vamos, es muy diverso,  pero al final se crea una familia. Una familia donde se

DSC03036comparte todo. No te conocen la gente pero te dan lo que sea,  te acogen como si te conocieran de toda la vida.

El grupo de Mayores fue una maravilla. Participaban activamente. Cuando todavía no habíamos terminado de desayunar ya teníamos a los hombres esperando para realizar las actividades a las que luego se sumaban las mujeres. Estaban muy agradecidos, algo que era mutuo. Con los niños las actividades otra maravilla juegos, talleres, y hacer el payaso todo el rato. Lo importante no era el material con el que se disponen o si sale o no sale los juegos (bueno eso es importante), sino que se lo pasen bien y nosotros también y eso se consiguió.  Nos daban su agradecimiento siempre, llegaban los niños y dando besos se iban y también daban besos siempre son sonrisa y dando las gracias. Un día que fuimos al horno a por unas sardinas que tardaron más de la cuenta, no sé cómo paso pero alrededor de una de las voluntarias de haber dos niños se multiplicaron por ocho todos viendo unos simples juegos de magia.  Algo increíble.

Pensareis que el idioma es un problema, si eso es verdad para que negarlo, pero la verdad es que para nosotros no ha sido mucho. Teníamos algunos chicos y chicas jóvenes de allí que nos ayudaban a realizar las actividades con los niños, por lo que hace que se creen lazos de amistad. Además como ya dije anteriormente nos entendíamos bastante bien cada uno en su idioma, pero todos el mismo idioma.

Lydia – P. San Germán (Madrid)

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